Una difícil decisión.
Se acercó jadeante al sitio del impacto. No le sorprendía que con su suerte, el único contacto que tendría con otros seres humanos sería para encontrarlos muertos en aquel frío planeta. La nave aun chisporroteaba y soltaba algunos ruidos mecánicos mientras sus sistemas aun tardaban lo suyo en agotar las reservas de energías. Estaba claro que ya no podía volar, pero puede que las computadoras hayan conservado los registros hasta ahora.
Inspiró profundo y caminó en dirección al cuerpo. Saltaba a la vista que era mucho mas alto y corpulento que él. Pero allí se encontraba, inerte y carente de vida, como una pieza mas de aquel árido paisaje. El visor estaba empañado por la humedad. El cuerpo debe haberse conservado en gran parte debido al terrible frío de aquel planeta aunque no se arriesgaría a comprobar el estado del cuerpo. No tenía ningún motivo para ello. Tomó una de las herramientas en su cinturón y la acercó al rostro del desconocido. Se generó una onda de calor concentrada que le permitió dispersar la humedad y poder ver su rostro. Tuvo que (a su pesar) torcer el cuello del hombre a un lado para poder ver con la poca luz que llegaba de la lejana estrella. Se sobresaltó, ya que por un instante volvió a percibir aquellos ojos que le miraban fijamente en el reflejo del visor. Trastabilló hacia atrás y cayó sobre su espalda con un golpe seco.
" ...perfecto" gruñó.
Hizo un gran esfuerzo para ponerse en pie a la vez que se recriminaba a si mismo el haberse dejado alterar por lo que era claramente un juego de su mente. Volvió a acercarse, con claro disgusto, al hombre difunto para poder ver su rostro. Una mirada vacía (nada parecida a aquella que le perseguía a todas partes) era lo único que podía percibir al otro lado de su visor. La piel pálida de su rostro congelado en un gesto de dolor y arrepentimiento no le daba ninguna información sobre el hombre. Registró su traje, encontrando el número de identificación. Tampoco le servía de mucho. Al ver que no llevaba nada importante consigo (seguro había caído fuera de la nave tras el impacto) decidió entonces acercarse al vehículo espacial para ver que podía encontrar.
Estaba en muy mal estado, pero la plataforma de entrada daba acceso al corredor principal y a la cabina del piloto. Entró con paso lento y cuidadoso. Habían dos cuerpos mas que habían permanecido dentro de la nave durante el impacto. Una mujer y una figura mas pequeña. Un rápido vistazo a una de las cámaras contiguas le permitió divisar tres cuerpos mas. Todos tirados en el suelo en poses extrañas. Todos carentes de vida.
Consideró innecesario verificar cada uno de ellos (aquella no era la nave que buscaba) por lo que pasó directamente a la cabina del piloto. Allí no había nadie. Solo el tenue brillo de los controles y las pantallas que aun mostraban datos (aunque de manera intermitente, por los daños sufridos en el impacto) iluminaban el lugar. Con un rápido movimiento se colocó en uno de los asientos e hizo los gestos estándar para el control de la interfaz con su mano derecha. Pronto se presentaron ante el diversos reportes y la notificación de error al intentar transmitir un archivo, posiblemente instantes antes del impacto.
"Reproducir" le indicó a la terminal.
La bocina de la cabina profirió un chirrido, seguido de ruido de estática antes de comenzar a reproducir una grabación, de quien supuso era el capitán de la nave. Estaba incompleta y eran pocas las frases que podía discernir entre tanto ruido y saltos de información.
--- Falla en el--- princi--- sistema de oxi--- daño crítico.Impacto--- atmósfera--- descenso peligroso. Cerrando todos los accesos--- tripulación--- todos...-Cálculo---descenso. Impacto en...--- enta segundos.---
Eso no le dejaba muy claro lo que había sucedido, pero antes de poder dedicar sus pensamientos a lo que acababa de escuchar, saltó otra grabación de inmediato. Esta vez eran dos personas. El capitán y una voz femenina.
No, no puede--- si lo haces vas a---Ya no ha--- pciónNo te--- ocupes--- or mi--- tus energiasTu hijo--- no dejes--- lo mismoResiste---Debes--- cerloPero---Es l--- único--- puedes hacerPrimer---¡No!--- no puedo---s veremos--- otro lado---Diana?...--- oh Dios...--- perdóname
Miró por encima de su hombre, al pasillo principal de la nave y los dos cuerpos lejanos. Sintió un leve escalofrío recorrer su espalda y desvió la vista de inmediato. Hizo un par de gestos mas frente a la terminal y obtuvo los últimos datos de vuelo, sobre la tripulación y las causas del accidente. Si llegaba a detenerse en una estación espacial lo menos que podía hacer era hacer el reporte para que fuesen notificados sus familiares y la corporación para la que trabajaban.
Cuando ya tenía todo lo que podía obtener de la nave, salió con cierta prisa. Se sentía un tanto mareado. Nuevamente aquella presión en su pecho atentaba con hacerle caer sin fuerzas, pero mantuvo la compostura. En cada parpadeo se le aparecía aquella mirada penetrante que no dejaba de mirarlo fijamente a los ojos. Un nuevo escalofrío recorrió su espalda. ¿Que pasaría si... le encontrara en esa misma condición?
Sin notarlo, se encontraba a gatas sobre el suelo, respirando de manera pesada y mirando el fino polvo espacial que era arrastrado por la helada brisa de aquel planeta. Su corazón latía ahora con el desespero de saber que podría acabarse su tiempo. No sabía aún el por qué, pero debía encontrar a su objetivo, antes de que algo irremediable sucediera.
"¿A dónde has ido?" soltó en un jadeo, mientras apoyaba una rodilla para impulsarse y ponerse en pie. Miró al horizonte, iluminado por la lejana estrella. "¿Por qué no me dejas encontrarte?" habló a nadie en concreto, mientras retomaba sus pasos rumbo a la lanzadera, para salir del planeta y seguir su curso.
Aún tenía mucho camino por recorrer y el tiempo se le acababa. ¿Cuánto mas podría soportar su cuerpo? No lo tenía claro, pero no tenía opción a rendirse. Ni siquiera lo veía como una posibilidad. Su determinación le indicaba que debía seguir hasta llegar al objetivo. Sin importar cuánto tiempo le tome. Sin importar que tuviese que sacrificarse solo por obtener un segundo de felicidad.


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