"Jesucristo es un personaje literario que ha inspirado a millones de personas en el mundo"
Esa
frase (ligeramente parafraseada) sería el momento en que hace siete años,
comencé a pensar con mas profundidad sobre ese eterno debate sobre las
creencias religiosas y la existencia de un dios. Lamentablemente no puedo citar
al autor, ya que fue hace mucho tiempo que pude leerla, por casualidad,
mientras navegaba por diversas páginas leyendo un poco de aquí y un poco de
allá. Pero fue esa frase, una respuesta a una entrada de un blog, que me hizo
detenerme y analizar su significado.
A
partir de ese día, comencé a formar mis propias ideas con respecto al tema,
pero siempre consideré esas creencias como algo muy personal y que no
compartiría con el resto de personas, mas que algún que otro amigo cercano con
quien pudiese exponerlas y discutirlas de manera civilizada. Aun así, eso no
sucedía con frecuencia.
Y
hoy, aproximadamente siete años después, tras tomar un desayuno y admitir por
un momento que mi mente se distraiga con ese invento que tanto bien y tanto mal
trajo al mundo, conocido como la Televisión, me detengo en uno de mis
programas de comedia favoritos, aunque lo veo muy pocas veces, que se llama Scrubs.
Para quien no lo conozca, la trama gira alrededor de las vivencias de JD y el
resto del personal de salud de un hospital, y las cosas que suceden día a día
tanto en su vida profesional como en sus asuntos personales y relaciones
humanas. Claro, siendo una comedia, la sátira, el absurdo y las situaciones
excéntricas están a la orden del día, pero siempre existe algún mensaje detrás
de todas esas risas y material de entretenimiento.
En
este episodio en particular, el Doctor Cox, mentor y tormento de JD se
encuentra en una disputa con Laverne, jefa del cuerpo de enfermeras, con
respecto a el motivo del por qué suceden las cosas. Cox, un hombre
sarcástico y sembrado en la realidad de un mundo cruel y de sufrimiento, no
acepta la creencia ciega de Laverne de que todo está regido por un plan de Dios
y que todo sucede por una razón. Mientras el episodio continúa su desarrollo,
vemos al testarudo médico poner a prueba las creencias de Laverne, para verse
siempre derrotado por coincidencias (o la intervención divina) que lleva a la
enferma a defender su fé.
Cuando
el doctor pierde la paciencia, negando categóricamente la posibilidad, con
respecto al caso en que trataban, de que una chica fuese apuñalada sin motivo y
que gracias a ello descubrieran el desarrollo de un cáncer oculto en su cuerpo,
fuese obra de Dios ayudando a que cumplieran su labor como médicos y poder
salvarla, a lo que Laverne le responde, con el dolor latente al sentir que este
hombre quería destruir los cimientos de lo que le permite soportar sus
vivencias diarias, que el no tiene derecho alguno de hacerle perder sus
creencias ni de obligarla a aceptar que Dios no existe ni afecta su vida
diaria, ya que gracias a ese pensamiento ella puede soportar ver niños enfermos
todos los días, familias destrozadas por la muerte de un ser querido, y todas
aquellas cosas que suceden día a día en un hospital que pueden destruir el
espíritu humano. Se siente amenazada de que este hombre, en su empeño de tener
la razón, le quite ese salvavidas que le mantiene a flote todos los días.
Y
entonces me pregunto, ¿por que nos empeñamos tanto en comprobar o desmentir la
existencia de Dios?
Es
el momento en que todas esas cosas que he leído, escuchado e interpretado
vuelven a mi, con respecto a un tema que me prefiero obviar la mayoría del
tiempo. Con este escrito no pretendo dar un estudio profundo ni altamente
académico o culto para defender mis ideas al respecto. Ni mucho menos,
considerarme que mis creencias son la única verdad o que solo yo poseo la razón.
Las personas que me conocen sabrán que al contrario, mis creencias son un
revoltillo de ideas que solo yo podría comprender en un día tranquilo, porque a
mis 23 años aun no estoy seguro de que hay mas allá.
Pero
cambiemos la pregunta. En lugar de la existencia de Dios, pensemos ¿por qué
creer o no creer en Dios?
¿Cual
es ese empeño de los creyentes en que todos sigamos una misma fe? A lo largo de
la historia las doctrinas religiosas han sido motivos de guerras y atrocidades,
que mancharon a nuestra sociedad en sangre de manera innecesaria.
¿Cual
es el empeño de los no creyentes en abrir los ojos de los que creen?
Cometen el mismo error de los que tanto critican, y se vuelven igual de
molestos al caer en discusiones de bajo nivel.
El
ser humano necesita a que aferrarse. Desde pequeños, no podemos vivir sin
alguien superior que nos guíe y nos ayude. Nuestro padres cumplen ese rol
cuando llegamos a este mundo. A esa edad, no conocemos a nadie por encima de
ellos. No existe un Dios para nosotros cuando damos nuestros primeros pasos.
¿Quien desde pequeño no creía que Papá era todopoderoso? Que todo lo que
le pidieras a papá, él podría hacerlo. ¿Cuántos no vimos como nuestras madres
movían el mundo entero para que nosotros pudiéramos seguir adelante en la vida?
A esa edad, nos aferramos a quienes son dioses a nuestros ojos.
Pero
al crecer, aprendemos que todos los humanos somos iguales. Nos enseñan, en caso
de formar parte de una sociedad con creencias religiosas dominantes y en el
caso de los latinos, la Cristiana; que existe un Dios allá arriba que nos
observa y nos vigila. Y además de ello, nos hacen creer en otros seres
fantásticos, que para nosotros, existen sin verlos y sin necesidad de alguna
prueba comprobable. El ratón de los dientes, San Nicolás y otros más. Pero la
realidad, al crecer, nos va enseñando que ellos no existen. ¿Por qué Dios no es
desmentido? Remitiéndose a las pruebas, San Nicolás tiene el mismo estatus con
respecto a su existencia o no, e incluso, se puede rastrear en la historia hasta
su origen en un ser humano que de verdad existió.
Pero
ese no es el motivo de toda esta palabrería. Cuando yo era pequeño era muy
creyente. No sabía mas. Oraba, rezaba, leía historias de la Biblia sin poner en
duda su veracidad. Incluso, disfrutaba de ir a misa los domingos, y cada vez
que el sacerdote expresaba que cada vez menos jóvenes se presentaban a los
seminarios para dedicarse a la vida como religiosos, yo me planteaba el seguir
ese camino. Pero era un niño, no sabía mas.
Crecí,
y detrás de toda esa ilusión, descubrí un mundo en que la veracidad de la
existencia de Dios se ponía en duda, y eso me asustaba. Me preguntaba el por
qué, pero no indagaba mas. Tenía miedo. Una de las bases de la creencia
cristiana, y esto no puede ponerse en duda, es guiar al rebaño por medio
del temor. Y en menor medida, ofrecer una recompensa.
¿Como?
Te
cuentan todas las desgracias que te ocurrirán si no sigues el camino expresado
en la Biblia (de la que no pienso hablar en profundidad porque sino esto sería
mucho mas largo de lo que ya es) y de que oponerse a Dios equivale a la
eternidad en el infierno. Pero si te muestras como un niño obediente, aceptas
todo como está escrito sin pensar, llegarás al cielo y vivirás en el paraíso
prometido.
Vivir
con miedo.
Por
otro lado, los llamados ateos y hombres de ciencia (aunque su manera de
pensar deja mucho que desear) intentan refutar de manera directa, cargada de
soberbia, todas las cosas que se expresan en las Sagradas Escrituras y que
profesan las personas creyentes de la religión cristiana.
Y
que no se malentienda. La evolución, el Big Bang, son teorías
comprobadas y con años de estudios respaldándolas. Creo en ellas ahora, e
irónicamente, también creía en ellas cuando pequeño, pero no entendía que
existía confrontación entre ellas, y la fe cristiana.
Y
así, pasaban los años, y yo trataba de asimilar todo. Las creencias que aprendí
por tradición. La instrucción académica que me ayudó a entender más el mundo (pero sin exagerar) y la eterna búsqueda por saber la verdad.
Pero no hay verdad absoluta.
En la actualidad, me es imposible creer en un ser superior. No es porque no quiera. Simplemente no puedo. Quizás eso haga parecer que todo esto está parcializado, pero no es así. Porque he querido creer. Ya dije anteriormente que desde pequeño había aceptado todas aquellas creencias, por tradición mas que todo, pero de verdad creía en ellas. Y luego, como dirían algunos, me descarrilé.
Pero aun así, algo queda de esa época. Y en la adolescencia, busqué otros caminos. No trataba de contradecir las teorías establecidas, pero si traté de buscar un camino espiritual. Wicca, Tao, cierto interés por la Gnosis, estudio (aficionado) de la mitología Nórdica. Y a pesar de que cada cosa me atrajo por algún motivo, al final del día, en que inspeccionaba ese revoltillo de pensamientos que surgen antes de dormir, algo en mi cerebro me decía que me aferraba a cosas sin sentido, pero aun así, quería creer, pero por algún motivo, no puedo.
Y esto lleva sus complicaciones. No me considero cristiano, ya aparté eso de mi vida, aunque respeto y entiendo sus tradiciones. Pero, para alguien como yo, es muy fácil atraer a los fanáticos religiosos que me consideran un engendro entregado a las tentaciones de Satanás. Porque si no crees en Dios, claramente eres satánico. No hay términos medio ni opción de simplemente no creer ni en lo uno ni en lo otro. Porque si no crees en Dios, ¿por que creer en su antítesis?
Así es que comienzo a ver día a día, en el maravilloso/terrible mundo de la Gran Red Mundial, el Internet, como explotan discusiones tontas por demostrar que Dios existe, o lo contrario.
Esa eterna obsesión del ser humano de tener siempre la razón. Es la raíz de todo. Todos (y me incluyo) siempre deseamos tener la razón. No aceptamos (a pesar de todas las máscaras que nos ponemos) que otro mas venga a refutar nuestras ideas e imponer su verdad. Porque cada quien tiene su propia verdad, su propia realidad. Pero no admitimos mas, solo una.
Por ello las guerras, por ello las divisiones políticas, por ello la discriminación y la eterna disputa Ateos vs Religiosos. Aunque ninguno defiende esa etiqueta debidamente.
Y vuelvo a la anécdota sobre Scrubs. Claramente, para alguien que pueda analizar una discusión entre un creyente y no creyente, que caen rápidamente en la falta de civilización, ninguno va a ceder. Y es que no existe manera. La lógica de un creyente nunca, NUNCA, la aceptará el de pensamiento contrario, porque en su realidad, en las verdades que existen en su mundo, sus palabras son totalmente absurdas. Y lo mismo pasa al contrario. El religioso no comprenderá ni aceptará todo aquello que contradice lo que ha aprendido, casi al pie de la letra, por su fe y las escrituras.
Es prácticamente como si hablaran en idiomas distintos.
Entonces, ¿por que siguen empeñados en cambiar lo que cree el otro? ¿Recibirán un premio? Por experiencia personal, diría que los fanáticos cristianos creen en un mejor cielo si consiguen mas creyentes. Algo así como los juegos de Facebook que te dan premios por conseguir que tus amigos jueguen. Y los del otro lado no se quedan atrás. Una medalla o una beca les darán por destruir las creencias del resto.
Esto no significa que me guste que los cristianos vengan a fastidiarme. Lo repudio, el fanatismo en su totalidad. Así como me desagrada la eterna publicación de artículos contra ateos y contra creyentes. ¿Harán la diferencia de esa manera?
Y no me identifico con ninguno. Tengo mis creencias a mi manera. Entre espiritualidad y ciencia, tratando de conseguir el balance perfecto (aunque sea algo imposible).
Pero al igual que Laverne en Scrubs, me pregunto ¿por qué tratar de desmentir algo que les da aliento a las personas en su día a día? No podemos negar que muchas personas en este mundo, que se les reconoce por sus buenas acciones, han sido impulsados por sus creencias religiosas. Por las enseñanzas de Jesucristo. Por el código moral que representa la Biblia (con todos los defectos que tenga)
Y lo mismo, ¿por que tratar de que alguien no creyente acepte a Dios? ¿Es que eso nos hace directamente malas personas? Personalmente, admiro mas a una persona no creyente que haga el bien. ¿Por qué? Por lo que he mencionado antes de que la Biblia impulsa al creyente a través del temor. El diluvio, las plagas, el infierno. Son maneras correctivas de enseñarte cual es el camino correcto y cual no. Pero si una persona, creyente o no creyente, hace buenas acciones por el simple hecho de hacerlas, por sentir de corazón que debe hacerlas por ayudar a los demás, eso tiene mucho mas valor que hacerlo por ganarse un puesto en el cielo.
Pero eso es irrelevante. Creas o no creas en Dios, no tienes derecho en decirle a las otras personas si creer o no creer. Es de estúpidos pensar que todo el mundo puede pensar igual. Es de estúpidos esperar que todos crean lo mismo.
Así que no se trata de si Dios existe o no.
La verdadera pregunta es:
¿Debo creer en Dios o no?
Y la respuesta es simple, eres libre de hacerlo o no. Tu conciencia, tu capacidad de raciocinio y valores que te han inculcado, te enseñará el camino. Que no es uno solo, ya que existen muchos caminos para llegar a la meta, que es vivir en paz y armonía.
Esta es mi opinión personal, por vivencias y constante observación de la decadencia de nuestra sociedad. No me jacto de leer libros antiguos, libros de ciencia, o cualquier otra fuente de estudio para le teología. Simplemente observo y trato de elegir lo que sea mejor. Cometiendo errores, porque somos humanos, y aprendiendo, que es lo mas importante.

Excelente artículo, muy cierto todo eso, viejo. Tiendo también a ser más empírico y racional, y es por eso que la ciencia (e incluso la filosofía) me convencen más que cualquier religión, sin embargo no señalo a la religión y la respeto, porque a pesar de todo no soy ateo, me cuesta creer en un dios, pero también me cuesta no creer en algo. Por lo tanto de mi mente ya se fue esa idea del ser antropomórfico que siempre nos han mostrado, un viejo grandísimo y con barba, etcétera, entonces creo más en la energía y otras cosas más, que si bien aún no han sido demostradas cabalmente, están allí, porque la ciencia a todas estas es lenta, pero como siempre digo, el hecho de que algo todavía no tenga explicación científica, no significa que más adelante no se vaya a conseguir. Sino miremos hacia atrás cuando se creía que la tierra era plana y era el centro del universo, luego cuando se descubre que la tierra era redonda y realizaba una movimiento de traslación elíptico, y eso explicó muchos fenómenos ambientales, y un etcétera muy amplio.
ResponderEliminarEn fin, excelente artículo compa y muy buena redacción, espero leer más. :) <3
Ahora me caes mejor bro, un buen modo de pensar, en esta vida hay es que hacer el bien y pasarla bien sin hacerle daño a nadie eso es todo y yo soy católico practicante jaja voy a misa todos los domingos, pero algo que me choca es el fanatismo tanto de los católicos como de los protestantes y de los ateos que se sienten superiores, nadie es mas que nadie, lo que importa al final del día es poder recordar lo que hiciste sin remordimientos, me agradaría leer algo mas otro día, un saludo <3
ResponderEliminarBrutal, me identifico, ¡Jorge está tan callado normalmente! , y resulta ser que tiene una máquina de cerebro que trabaja a 10.000 revoluciones por minuto, excelente artículo
ResponderEliminarExcelente viejo, esa es siempre mi consigna... Quien obra bien, siempre estará y le irá bien.
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